Se estima que unos 9 millones de casos nuevos de tuberculosis (TB) y 2-3 millones de defunciones se registran a nivel mundial cada año. La tuberculosis es considerada la principal causa de muerte ocasionada por un solo patógeno (1). Se estima que un tercio de la población mundial está infectada con tuberculosis latente, la cual se define como una infección por Mycobacterium tuberculosis (MTB), sin hallazgos clínicos, bacteriológicos o radiológicos. El 10% de los pacientes infectados con tuberculosis latente desarrollara TB activa en algún momento de su vida (2). Sin embargo hay condiciones que predisponen el incremento de riesgo para desarrollar TB activa tales como enfermedades crónicas (cáncer, diabetes, lupus etc.)(3), enfermedades inmunosupresivas (VIH o pacientes con larga data de recibir corticosteroides) (4) o pacientes en la tercera edad donde el sistema inmunológico no responde adecuadamente (5). Se sabe poco acerca de la inmunopatología desarrollada por la presencia de las micobacterias en el granuloma en las infecciones latentes tampoco existe información acerca de la resistencia bacteriana de las micobacterias presentes en el granuloma. Hay dos explicaciones posibles para la limitada eficacia de los medicamentos existentes: la resistencia bacteriana la cual mantiene una vulnerabilidad a los fármacos y la estructura bien organizada del granuloma la cual no permite el ingreso de los medicamentos. Actualmente no existen biomarcadores que diferencien enfermedad activa y tuberculosis latente. Mucho menos biomarcadores inmunológicos que nos den una aproximación al cambio de actividad metabólica de la micobacteria.