Aunque la quimioterapia eficaz ha existido por más de 50 años, la tuberculosis (TB) sigue siendo la principal causa de muerte infecciosa más frecuente en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que en 2014, 9,6 millones de personas se están infectados por TB . Esto produce una tasa de incidencia global estimada de 133 por 100.000 habitantes - la mayoría de estos casos localizados en países con recursos limitados, tales como Perú1. Aunque el Perú tiene un Programa Nacional de Tuberculosis (PNT) que proporciona medicamentos gratuitos, pruebas diagnósticas, paquetes mensuales de alimentos y servicios psicosociales, este sigue siendo el segundo país con mayor carga de TB en las Américas. En 1991, el tratamiento bajo observación directa la terapia de curso corto (DOTS) para la tuberculosis se llevó a cabo a nivel nacional en Perú y desde entonces las tasas de incidencia han descendido a 101 por 100.000 habitantes, a partir de 20142. Detección y diagnóstico temprano de la tuberculosis es una prioridad global para los esfuerzos3 de control de la tuberculosis. Baja detección de casos y retrasos en el inicio del tratamiento contribuyen al aumento de la transmisión en la comunidad de la TB, severidad de la infección y riesgo de mortalidad5. Las causa y los factores de riesgo del retraso en el diagnóstico se han investigado en muchas partes del mundo y varian significativamente entre diversas regiones6-8. En el Perú, varios estudios han examinado el retraso en el diagnóstico, pero ninguno ha utilizado un enfoque de investigación cualitativo ni han utilizado los análisis comparativos de los datos recogidos de las personas diagnosticadas con miembros de la familia de la tuberculosis (PDTB), y el personal de salud que trabajan en el PNT.