La diabetes es un desorden crónico en el metabolismo de las proteínas, lípidos y carbohidratos (Osadebe PO. et al., 2014 ; Modak M. et al., 2007). La diabetes es el resultado de una deficiencia de insulina o el mal funcionamiento de esta (Modak M. et al., 2007). Mundialmente el 2.8% de la población sufre esta enfermedad y se espera que aumente a mas del 5.4% al 2025 (Mukesh R. & Namita P. 2013). Esta enfermedad requiere de un diagnostico y tratamiento temprano, además, de cambios en los hábitos sedentarios. La diabetes afecta a gran parte de la población y es conocido como la quinta causa de muerte (Kazi S. 2014). Adicionalmente, la alta prevalencia, patogénesis, el proceso progresivo y las complicaciones asociadas de la enfermedad, requieren la búsqueda urgente de tratamientos efectivos. En el presente, la farmacoterapia y cambio en el régimen alimenticio son usados para el control de la enfermedad. Por otro lado, existen varios tipos de medicamentos hipoglucemiantes que ejercen efectos anti-diabéticos a través de diferentes mecanismos, tales como, por sulfonilureas, meglitinidas, bigüanidas, tiazolidinedionas e inhibidores de alfa glucosidasa (Kooti W. et al., 2016). En las últimas tres décadas, a pesar de los esfuerzos y avances logrados en el tratamiento de la diabetes, los resultados del tratamiento en pacientes aún está lejos de alcanzar los objetivos en el control de esta enfermedad. Esto es debido a que, los tratamientos presentan desventajas, tales como, resistencia a fármacos, efectos secundarios, un ejemplo son las sulfonilureas, que pierden su eficacia después de 6 años de tratamiento en el 44% de los pacientes. A demás los fármacos reductores de la glucosa no son capaces de controlar la hiperlipidemia (Dey L. et al., 2002). En este sentido, las plantas juegan un rol importante en la medicina tradicional puesto que son una fuente diversa en metabolitos secundarios con principios activos a evaluar en el tratamiento de diversas enfermedades. Las plantas medicinales son utilizadas por más del 80% de la población mundial de países en desarrollo para satisfacer sus necesidades de atención primaria (Akhtar N. Et al., 2013; WHO 2002). Una gran variedad de especies de plantas, se han reportado, que tienen efectos en los niveles de glucosa en sangre que los hacen útiles para el tratamiento de la diabetes tipo 2 (Bahmani M et al., 2014). Un gran número de investigaciones farmacológicas sobre los efectos antidiabéticos de las plantas medicinales da como resultado un aumento en el número de personas que utilizan estos compuestos naturales para controlar su enfermedad (Kooti W. et al., 2015). Antes del descubrimiento de la insulina y otros agentes hipoglucemiantes, los remedios tradicionales a base de plantas eran utilizados para tratar la diabetes y las complicaciones relacionados. Hasta la fecha, más de 1200 plantas medicinales se han demostrado que poseen actividades antidiabéticos (Kooti W. et al., 2015). Hoy en día, muchos tratamientos implican el uso de plantas medicinales (Afrisham R. 2015), debido a que la mayoría de las plantas contienen carotenoides, flavonoides, terpenos, alcaloides, glucósidos que han demostrado que pueden tener efectos anti-diabéticos (Kooti W. et al., 2016). Los efectos anti-hiperglucémicos que resulta del tratamiento con plantas son a menudo debido a su capacidad para mejorar el rendimiento de tejido pancreático, que se realiza mediante el aumento de las secreciones de insulina o la reducción de la absorción intestinal de la glucosa. El número de personas con diabetes hoy ha ido creciendo y causando una creciente preocupación en la comunidad médica y población en general (Baharvand-Ahmadi B. et al., 2015). La medicina tradicional tiene una larga historia y se ha convertido en una importante fuente de información para los sistemas de atención de la salud tanto en los países desarrollados y en desarrollo (Pan SY. et al., 2014). Este tipo de medicina necesita un profundo conocimiento